Esta entrada fue escrita mientras estaba en Madrid.
Como ahora mismo estoy aburrido en la T1 de Barajas, voy a ir adelantando el trabajo y os voy a contar lo acontecido hasta ahora.
Hoy a la noche, apenas he pejado ojo por culpa del viento, que me ha despertado varias veces. A las 6:00, ha sonado la alarma y me he levantado, para empezar a prepararme, ya que el avión salía de Bilbao a las 8:35. A pesar de haberme levantado bastante temprano, por culpa de mi padre, he llegado más bien justo: a las 7:45. Y encima había una cola interminable.
Tras haber intentado, en vano, hacer autochecking desde las máquinas habilitadas para ello, la próxima vez lo haré desde casa, he acudido a la ventanilla de Iberia, para preguntar si no había más colas, ya que de lo contrario, a lo mejor me quedaba en tierra. La chica, muy amable, me ha respondido que era cola única, pero que estuviese atento, que en breve iban a habilitar una nueva ventanilla, para las últimas llamadas.
Tras 5-10 minutos en la cola, han empezado a llamar a la gente con destino a Madrid, para pasar por la ventanilla de Últimas llamadas. Pufff!!! Menos mal, porque para entonces ya eran las 8:00. Tras facturar la mochila, he pasado la zona de control (sin ningún problema) y me he dirigido a la puerta de embarque asignada.
Mientras el comandante dirigía la nave a la pista de despegue, las/los azafatas/os han comenzado a repartir los periódicos, y no he podido quitarle el ojo a la portada de uno de ellos: 38 muertos en Moscu, tras la explosión de dos bombas. He pedido un ejemplar y me he puesto a ojear la noticia, pues una vez más, y van…; un trágico suceso ha sucedido, en un periodo muy corto antes de que yo haya realizado un viaje: el accidente del submarino Kursk, varios accidentes de avión…
Estaba leyendo la noticia, mientras el avión comenzaba a despegar, momento en el que me he puesto un poco nervioso, pues apenas han pasado 30 segundos desde que el avión a tomado aire, cuando el aparato a comenzado a dar botes, por culpa de turbulencias, y a realizar un par de giros extraños. Lo he pasado bastante mal, ya que esto del avión es superior a mi.
Tras este pequeño susto, al de poco nos han comunicado que llegaría con un adelanto de 10 minutos a Madrid, dado que las condiciones atmosféricas eran bastante favorables. Pero al comenzar el aterrizaje: horror!!! terror!!!. Las puñeteras turbulencias. Al final, no ha sido más que un susto.
Una vez en Madrid, dado que el vuelo hacia Osaka, no salía hasta las 16:20, he decidido bajar a la ciudad, a darme una pequeña vuelta y a despejarme un poco. A eso de las 13:00 he vuelto a la terminal y he facturado mis bártulos.
De momento, eso es todo. Ahora mismo estoy rodeado de un montón de Indios (aunque no creo que todos sean hindúes), con un montón de chavales; que por lo que he podido observar, viajarán en el mismo avión que yo. Espero que dentro del aparato, estén un poco más calmados que aquí, porque de lo contrario, el viaje a Doha (Qatar) puede ser muyyyyyyy largo y duro.