Nasca – Ica

A la noche, viaje en autobús cama (bueno, casi cama, por que los asiento sólo se reclinaban 160º) de primera clase, por que nos esperaban unas 10 horas de viaje, así que había que intentar descansar algo. Entre la película que era un poco tostón, el calorcito que hacía dentro y el cansancio que se va acumulando, me he dormido hasta las 5:00, momento en el que me he tenido que levantar a echar
una meadita.

Para cuando me he dado cuenta, ya estábamos en Nasca. Y menudo jaleo: gente intentando que te montases en su taxi para que te lleven a hotel, agencia… donde más comisión les dan. Una autentica locura. Y claro, a uno le pillan recién despertado y parece que se lo van a comer. Solución: decirles que ya tienes hotel, que ya has contactado con una agencia… Aunque a veces, puedes conseguir un buen precio, así que tampoco conviene estar muy a la defensiva. Yo por ejemplo, he conseguido dos noches al precio de una. Después de acomodarme y darme una ducha, he dado una vuelta por las agencias, para ver si conseguía un vuelo a un buen precio para ver Las Líneas de Nasca. Un buen precio, no tiene porque ser el más barato, pues si bien todos los aviones hacen el mismo recorrido, algunas naves están en mejores condiciones. También ha que tener en cuenta, que algunas agencias te cobran sólo una vez has volado, que otras te devuelven el dinero en caso de que el vuelo se cancele por condiciones adversas… Y es que la costa y el desierto de esta zona, son muy caprichosas y por las mañanas suele haber una neblina que descarga garuga (aka, txirimiri, calabobos…) y hasta bien entrado las 10:00 o las 11:00, uno no sabe realmente que tiempo va a hacer realmente.

Al final, he conseguido un vuelo para las 13:00, si bien mi intención era hacer el vuelo mañana, pensando que para el día de hoy no iba a tener un hueco. Así que hasta esa hora, he estado dando una vuelta por el pueblo, para conocerlo un poco. A las 11:00, pasaban a recogerme por el hotel, para ir de camino hacia el aeropuerto y tras un vídeo explicativo, pagar las tasas aeroportuarias, nos hemos montado 4 en un pequeño aeroplano, que tenía muy buena pinta.

A pesar de que recomienda sobrevolar las lineas a primera hora del día (por que la luz no es tan fuerte, aunque a última hora de la tarde la intensidad de la luz es la misma, por la tarde suele hacer bastante viento y las naves no salen a volar), he de decir que hemos podido ver las lineas de una forma muy clara.

Desafortunadamente, me he equivocado al elegir el objetivo para la cámara (sólo se podía llevar una cámara, nada de pesos extra) y es posible que no todas las figuras puedan verse con nitidez. Medio hora más tarde, ya habíamos realizado todo el recorrido. El viaje ha sido maravilloso: buenas vistas con un buen piloto, ya que los giros para poder ver las imágenes, apenas se notaban.

Camino de vuelta al pueblo, me he empezado a sentir un poco mal: me sentida mareado, el cuerpo me dolía y el dolor de garganta se había incrementado. Yo ya me estaba temiendo lo peor: una gripe, ya que los síntomas son los mismos, salvo porque no me duele la cabeza. He intentado comer algo, por si era falta de fuerzas, por comer poco los días anteriores, pero la cosa no mejoraba. Aún así, no me he quedado a descansar en el hotel sino que me he ido a ver el museo de Antonini, donde uno puede informarse acerca de las culturas pre incas de la zona, ver cerámicas, vestimentas… de la época un mucha mucha información. Y lo que es mejor, en un idioma entendible XDD.

La verdad es que no me he enterado muy bien, ya que a poco de entrar, estaba más pendiente de meterme en la cama, que de ver lo que estaba viendo. Pero he hecho un esfuerzo y al final me he visto todo el museo. De allí, directo a la cama, sin ni siquiera cenar. Y tan pronto como me he metido, me he dormido.

Hoy me he levantado un poco mejor. No estoy al 100%, pero si como para seguir con la ruta. Así que bien prontito, me he ido a ver los acueductos de Cantayo y de paso Las Agujas, parte de las Líneas de Nasca, pero estas no se sobrevuelan, por lo menos en el paquete básico.

En el camino he conocido a un conductor de combi, un poco “filosofo”, y me ha tocado hacer de cobrador (persona encargada de abrir/cerrar la puerta y recaudar el dinero de los boletos), ya que el hombre viaja sólo. Esta vez, el miedo que he sentido en el combi, no era porque este iba a toda pastilla, todo lo contrario, sino porque el hombre se entretenía con cualquier cosa e íbamos dando “bandazos” de lado a lado de la carretera. Menos mal, que de habérnosla pegado, nos hubiera dado tiempo a saltar del cacharro XDDD.

Nada más llegar a Nasca, he tomado un taxi, para ver el cementerio de Chauchilla, el cual se encuentra a poco más de 30 km del centro del pueblo, en medio del desierto. Allá no hay mucho para ver, pero la visita merece la pena, así que si os interesan las cosas un poco tenebrosas, es una visita indispensable.

En contra de lo que creía antes de llegar a la zona, he terminado bastante pronto de ver las cosas que tenía pensadas, así que he tomado un bus camino a Ica, para ir a Huacachina, a las dunas a hacer un poco de sandboard. He llegado justo para entrar en un grupo y coger el buggie para adentrarnos en la que ha sido la tarde más divertida y loca hasta el momento aca.

Al principio, tras las primeras bajadas de impresión dentro del buggie, hemos pasado a lanzarnos con las tablas de snow por la arena. La primera vez impresiona un poco tener que tirarte por esas enormes dunas, pero luego, poco a poco, vas cogiéndole el gustillo y cada vez necesitas que la duna sea mayor. A estado muy pero que muy bien. Además, por primera vez en todo el viaje, he conseguido un recuerdo sin que me haya costado un sólo sol: tengo arena por todos los lados y para dar y para tomar (sobre todo, por que en la primera bajado me he dado el talegazo del siglo XDD).

El viaje ha terminado, donde lo hemos comenzado. Pero no ha sido hasta la vuelta que me he dado cuenta que estábamos en el único oasis de toda América: el oasis de Huacachina. Ha sido un poco caro, es lo que tiene montarlo todo de forma precipitada, pero merece la pena.

Ya he cumplido, así que no me queda otra que coger un autobús rumbo a Lima, donde haré noche antes de partir a Trujillo, al norte de Lima, en avión. Al llegar a Lima, a eso de las 22:00, he visto un hostal cerca de la estación de autobuses. Cuando me dirigía a ella, unos limeños, me han dicho que mejor no me vaya para allá, que es muy peligroso. Como no conocía la zona, les he hecho caso (ante todo seguridad), y me ha dicho que mejor me buscaba un taxi y me iba a una zona un poco más segura.

Me he dejado guiar, así que he cogido un taxi de un señor que “casualidad” estaba en el grupo de gente que no me recomendaba ir a la zona y hemos empezado a buscar un hostal/hotel donde el hombre tendrá una buena comisión, digo… donde poder dormir. El primero al que me ha llevado, tenía buena pinta, lamentablemente, no había camas libres, así que hemos seguido buscando en otros. El segundo, tenía pinta de ser u antro, así que directamente le he dicho que no, que quería algo mejor y que aparte, quería comer algo, que llevaba todo el día sin probar bocado. Así que ha comentado, que conocía un hostal, al frente del cual había un restaurante: Villa Roma.

Mientras tanto, ha sacado el tema de los prostíbulos (parece ser que hombre sólo, significa: busco putas :_( ) y comentaba que en Lima no hay mucho prostíbulo, que lo que acá se lleva es más los hostales/hoteles donde van las parejas a hacer sus cositas. No entendía bien el porqué de ese tema, pero como digo, parece ser que cuando un hombre viaja sólo, lo que necesita/busca/quiere es un poco de compañía.

Al llegar al hostal, he visto que el tenía buena pinta. Un poco caro, pero no quiero continuar buscando hoteles. Lamentablemente, justo cuando llegabamos estaba cerrando el restaurante, aún así, he preferido quedarme allá. Tras hacer el check in y pagar, he intentado buscar algo de comer: primero en el hotel, después en un restaurante de comida rápida con servicio de delivery (aka entrega a domicilio), pero era demasiado tarde, así que he pedido en recepción a ver si me podían conseguir algo de comer: un 1/4 de pollo con papas fritas y ensalada. No me hace mucha gracia el pollo, pero mejor eso que nada y seguro que mi maltrecho estomago lo agradecerá.

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