Tokyo

Tenía pendiente hablar de mi cortísima estancia en Tokyo, así que si me lo permitís, voy a contaros que es lo que hice durante esos 2 días.

El día 4 de abril, empezó bastante pronto y con un frío del carajo, que dirían algunos. Mi primer destino, era un pequeño templo entre los altos edificios de Shinjuku: Hanazono-jinja. El templo, no tiene nada de especial, salvo los domingos que se organiza un mercadillo en el que se venden auténticas joyas de antaño: vajillas, samurai para decorar, monedas de la época imperial… Mi siguiente parada, iba a ser Meiji-jingü gyoen, un enorme parque en el que los fines de semana se reunen las cosplay-zoku. Pero tras leer que suele estar a reventar de turistas en busca de la mejor foto, decidí cambiar de parque e ir al Shinjuku-gyoen, mucho más pequeño pero con menos gente y muchísimos menos turistas. Hay que quitarse el sombrero por como cuidan los nipones los jardines, pero si cuidaran un poco más los estanques, los parques serían un lugar del que no saldría en caso de volver allí.

Shinjuku-gyoen

Desde allí, me dirigí a Shibuya, dándome un paseo por la zona olímpica de Harajuku. Como curiosidad, os contaré que en las cercanías del estadio nacional, me encontré con un concurso de akitas.

Concurso akita

No esperaba poder ver un partido de béisbol, deporte nacional en nipon, pero cuando pasaba cerca de que pensaba que era el estadio Jingü: ¡¡¡sorpresa!!! Se estaba celebrando un partido de béisbol amateur. Pensando que iba a ser mi única oportunidad de ver un partido, entré dentro ante el asombro de la gente, pues aparte de mi, no había más guiris. El partido fue bastante entretenido, con los hinchas del Nihon, el equipo de casa, animando a su equipo constantemente, que al final resultó el ganador por 2-1 en una última entrada de infarto, en el que el equipo visitante se la jugó a una única carta cuando con un jugador eliminado teniendo cubierta la segunda base. Es lo que me gusta del deporte amateur: que improvisan y no esperan a la última jugada. Al final, no pudo ser, ya que eliminaron al bateador, que bateó una bola que salió muy alta pero floja atrapada al vuelo, y al corredor con un out.

Béisbol amateur: Animando

Salí bastante contento, si no fuera por el frío que pasé y seguí camino de Shibuya, cuando sin darme cuenta, descubrí que unos metros más allá, estaba el verdadero estadio Jingü, donde casualidad de las casualidades iba a disputar un partido los Tokyo Yakult Swallows, equipo profesional que milita en プロ野球 .

Como el partido empezaba a las 14:00, aun tenía unas 2 horas para comer algo caliente y no veáis lo bien que entraron los fideos. Allí estaba yo, rodeados de japones y algún que otro yanki, «disfrutando» del partido contra los Yokohama BayStars. El partido fue bastante soso, lo mejor, sin lugar a duda, el publico que animaba constantemente a los jugadores: Fu-ku-chi, Go D’Antona Let’s Go, Go Gu-i-el… El resultado final: perdimos (yo estaba en la zona de los Swallows) 1-2. Menos mal que pude comprarme un recuerdo: la gorra de entrenamiento (sí, sí, tiene gorras para entrenar y gorras para jugar partidos, como los de la MLB)

Tokyo Yakult Swallows vs Yokohama Bay Starts

Una vez finalizado el partido, eran las 17:30, me dirigí al metro para encaminarme hacia Shibuya. Y me defraudó bastante. Yo pensaba que era algo más que el famoso cruce, pero aparte de eso y de tiendas enormes y la sucursal de Disk Union, donde me compré varios CD de grindcore japonés, no hay nada más que gente chick haciendo compras..

Shibuya

Shibuya

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